Inversión en Salud

La inversión en salud de Uruguay representó el 9 % del producto bruto interno en 2017

Es clave un sistema de salud de políticas coordinadas y universales que contribuya a reducir las inequidades y genere cohesión social, indicó el subsecretario de Economía, Pablo Ferreri, en el cierre del foro de alto nivel sobre cáncer. Destacó que el gasto en salud representó en 2017 el 9 % del PBI, el 7 % provenientes de fondos públicos. “Un primer nivel de atención fortalecido evita mayores gastos en el futuro”, añadió.
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En Uruguay, la inversión en salud alcanza al 9 % del producto interno bruto (PIB), del cual los fondos públicos aportan 7 %, destacó el subsecretario de Economía y Finanzas, Pablo Ferreri, al encabezar en Montevideo el panel de clausura del foro regional de alto nivel regional “Financiando soluciones sostenibles para el control del cáncer en América Latina”.

Consideró que el desafío de los países es la mejora y sustentabilidad de los sistemas sanitarios. Ferreri indicó que “cualquier sistema de salud del mundo tiene alarmas fiscales”, las que relacionó con el aumento de la esperanza de vida de la población y el estilo de vida actual, que propicia un incremento de las enfermedades no transmisibles.

Para el subsecretario, este tema requiere de un análisis prospectivo fundamental. “Un fuerte y potente primer nivel de atención evita en muchos casos, con acciones preventivas, futuros costos más elevados”, enfatizó.

Ante un panel y público asistente conformado por expertos en salud, del sector financiero y académicos, Ferreri detalló los alcances de la reforma sanitaria implementada por Uruguay en 2007. Recordó que la crisis económica de 2002 afectó a los servicios de salud, que también generaban un sistema ineficiente e ineficaz que reproducía inequidad, con población muy vulnerable sin cobertura sanitaria.

Según reseñó, la creación del Sistema Nacional Integrado de Salud generó un nuevo marco normativo que separó la ejecución de las políticas de la rectoría de la salud, junto al Fondo Nacional de Salud (Fonasa) y el Fondo Nacional de Recursos (FNR). Además resaltó que, al margen de la importante cantidad de recursos públicos utilizados para implementar la reforma, lo que aseguró la sustentabilidad del sistema fue “la voluntad política existente”.

“Un Sistema Integrado de Salud que permita acciones coordinadas y universales, que colabore con los aspectos sanitarios, pero además también a reducir las inequidades y por lo tanto mejorar la equidad y cohesión social, son aspectos claves”, que se suman a “un esquema de incentivos económicos como metas específicas o universales para los prestadores de salud, que nos aseguren que en determinadas áreas, vinculadas en este caso las enfermedades no transmisibles, tengan un tratamiento y un cuidado especial por parte de estas instituciones”, añadió.

Por su parte, el ministro de Salud Pública, Jorge Basso, quien también participó en la clausura de la actividad, dijo que en un país democrático como Uruguay los cambios estructurales son realizados con la participación de todos los actores sociales. “Este es un desafío político”, aseguró. También valoró el trabajo de la Unión Internacional del Cáncer en la organización del foro.

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